martes, 28 de abril de 2015

Todo lo que aprendí de mi amiga y ex compi


Es increíble ver y comprobar la diversidad de formas de encarar la vida que existen. Hay gente que se ahoga en un vaso de agua y gente que renace como un ave fénix ante cualquier adversidad. Volvemos a repetir  lo de siempre: si miras la realidad con los cristales limpio percibirás el mundo tal y como es. y no te perturbarás innecesariamente. Mi ex compi, llamémosle R, tenía los cristales tremendamente limpios.

Siempre dije que R. había sido mi mejor psicóloga, cuando la que en realidad tenía este tipo de formación era yo. Pero te das cuenta que en temas de la vida, a veces los libros no son suficiente.

Hace dos años ya que empecé a trabajar en mi actual trabajo. Entré en un principio como sustituta de ella, que estaba embarazada de una muñeca preciosa. Cada vez que un paciente entraba por la puerta, lo primero que hacía era preguntarme por ella, cómo estaba, dónde estaba y cuándo iba a volver, ¡algunos hasta me pedían su teléfono!...Yo pensaba: ¡Jolín! ¿Cómo la pueden querer tanto? Y no solo eran los pacientes, ¡todos los compañeros de trabajo la adoraban! Su nombre se repetía en la clínica doscientos millones de veces al día!!

Yo solo había visto a R. de pasada pero no habíamos cruzado ni dos palabras. El día que la conocí lo entendí todo. Su gran arma era la risa, la sonrisa y el tener los pies en la tierra.

Si yo estaba de bajón, me bastaba un café con ella para salir como nueva. Su actitud era increíble, cualquier contratiempo del trabajo era un cachondeo...con ella la vida parecía una escena de Forges.

Todo era más fácil, claramente no eran las situaciones, si no su manera de percibir el mundo, como un lugar maravilloso, lleno de oportunidades, un lugar para pasarlo bien, sin complicarse.

Como la vida es como es, R. y yo nos separamos laboralmente hablando. Una vez más me hizo comprender la misma lección: no es la situación en sí, es como tu te la tomes...y sí, mientras mi rostro se cubría de lágrimas y la ansiedad se apoderaba de mí, yo escuchaba carcajadas suyas al otro lado de la habitación.

Gracias compañera y amiga, por enseñarme que se puede reír en cualquier situación y que las posibilidades son infinitas...!!!

Alicia

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