sábado, 15 de noviembre de 2014

La trampa de la depresión


¿Qué es la depresión?

Con mucha frecuencia oimos que alguien está "deprimido" cuando ha tenido un mal día o las cosas no le han salido como esperaba. Pero la palabra depresión va más allá de un simple mal día, es un trastorno psicológico que puede llegar a ser muy grave, tan grave que puede conducir, en algunos casos, a la persona que la padece, al suicidio.
 La depresión implica un estado de ánimo bajo y una pérdida importantísima de interés por cualquier cosa. La persona pierde la capacidad para disfrutar de lo que le rodea, para el placer. A nivel fisiológico se puede dar insomnio o hipersomnia, pérdida de apetito o aumento del mismo, cansancio casi constante o pérdida de energía, agitación o enlentecimiento...A nivel cognitivo (pensamientos) la persona lo ve todo con las gafas de color negro, se cree culpable de todo, se fija en todo lo que ha hecho mal o más bien cree que todo lo hace mal, piensa que el mundo está en contra suya y además cree que nunca saldrá adelante o que su situación o circunstancias no tendrán fin.

Es el trastorno psicológico más frencuente. Los estudios epidemiólogicos apuntan a que alrededor del 10-15% de la población generál está o llegará a estar deprimida. Afecta más a mujeres que a hombres con una proporción 1:3. Es decir, por cada hombre hay tres mujeres que están sufriendo depresión. 


¿Por qué se origina y mantiene la depresión?

Hace años se pensaba que la depresión era una mera enfermedad biológica, es decir, ocurría porque la persona que la padecía albergaba desarreglos bioquímicos en su cerebro. Este modelo explicativo era sumamente reduccionista y además otorgaba un rol pasivo al enfermo que solo podía ser curado por un médico que tratara esos desarreglos (medicación antidepresiva y listo). El paciente por sí mismo no tenía nada que hacer. He de decir que aún hoy en día algunos profesionales siguen creyendo esta teoría tan simplista. 

Estudios posteriores han puesto de manifiesto que para que una persona se deprima debe sufrir una "perdida de reforzadores" ¿y qué son los reforzadores? Los reforzadores son todos los acontecimientos, estímulos, situaciones, personas, acciones, cosas que nos resultan agradables, placenteras, satisfactorias...Pongamos el caso de una mujer que de repente pierde a su esposo con el que era feliz. Evidentemente pierde un reforzador (su esposo), pero no se reduce a eso, tambien pierde más reforzadores (salir a cenar con su esposo, dormir con su él, abrazarlo, hablar con él, ir al cine con él...). En un caso como este, la persona puede pasar un periodo lógico y normal de tristeza y desesperación y posteriormente recuperar su estado de ánimo normal, pero si no dispone de los recursos para afrontarla podría acabar deprimiéndose. 

¿De qué depende? ¿Por qué unas personas se deprimen y otras no? Como hemos explicado en este blog muchas veces, dependerá de las creencias subjetivas de cada uno y de lo que piense sobre la situación. Hay personas que tras perder un empleo pueden sentir tristeza, enfado, pero que después piensan que pronto encontrarán otro, que lucharán por tener uno incluso mejor al que han perdido, etc. Otras personas, en la misma situación pueden deprimirse por pensar que nunca encontrarán un empleo, que si no tienen empleo no podrán pagar las facturas y casi que se ven muriendose de hambre debajo de un puente. Gastan todas sus energías en rumiar su situación y sus males en vez de buscar soluciones funcionales. Como hemos dicho en anteriores ocasiones: no es la situación la que provoca tu malestar, si no lo que piensas sobre la situación.


He aquí la trampa de la depresión:

Situación negativa y pérdida de reforzadores. Esto me lleva a tener pensamientos negativos ("nunca podré...""siempre seré...""es por mi culpa..."). Estos pensamientos a su vez me llevan a tener un estado de ánimo bajo. Es lógico. Si piensas así, ¿como vas a estar?. Al tener el estado de ánimo bajo se me quitan las ganas de hacer cosas y poco a poco voy perdiendo el interés por todo. Privarnos de realizar cosas que antes nos gustaban e interesaban se traduce como más pérdida de reforzadores (osea, me autoboicoteo) y además esta actitud confirma mis pensamientos negativos("no soy capaz de hacer nada", "ya ni mis amigos vienen a verme...") Esto provocará más estado de ánimo bajo y más reducción de actividades. Estamos ante el círculo vicioso de la depresión.

Nos vemos en el próximo post

Alicia Escaño