martes, 21 de abril de 2015

Te quiero, te adoro y te amo...pero no te necesito!

El título de la entrada de hoy puede parecer chocante, un poco egoísta e incluso prepotente...pero aunque podamos interpretarlo así, ciertamente no deja de ser una verdad como un templo. Y las interpretaciones que susciten solo son una muestra de nuestras ideas irracionales al respecto.

A lo largo de nuestra vida, se nos ha enseñado -y hemos aprendido- que tener pareja es algo necesario, que sin amor la vida no tiene sentido, que sin pareja no podremos tener una vida tan interesante e intensa, que nos vamos a quedar "para vestir santos" y que en pareja, evitamos la soledad, algo que también hemos aprendido que es terrible.

Hemos interiorizado esta creencia irracional hasta el punto de llegar a aguantar relaciones extremadamente tormentosas, hasta dejar de ser quien somos y hasta llegar a faltarnos el respeto a nosotros mismos. No importa el precio, pues peor sería quedarse solo para toda la vida, pensamos.

Estamos nuevamente delante de otra de las necesidades inventadas más extendida: necesito a alguien que me quiera, necesito una pareja para no quedarme solo el resto de mi vida, necesito una pareja porque sin ella, la vida ya no tienen ningún sentido.

Pues bien, nos guste o no, esto es totalmente incierto. No es verdad, porque si fuese verdad, todas aquellas personas que no tienen pareja se habrían suicidado o no habrían podido sobrevivir y esto es totalmente absurdo. Hay gente que incluso decide que no quiere tener pareja y no pasa absolutamente nada, el mundo sigue girando...


Creemos y nos decimos a nosotros mismos que NECESITAMOS a esa pareja. Es lo que Rafael Santandreu llama "necesititis", la enfermedad de las necesidades irreales.

Exigimos al mundo y a la vida que nos conceda una pareja para poder ser feliz, como un niño que exige a su madre que le compre chucherías, pero lo que no comprendemos es que por mucho que exijamos, la pareja no va a caer del cielo y que las cosas no pueden ser siempre como queremos.

Nos decimos a nosotros mismos mediante nuestro autodiálogo interno, que para ser feliz es totalmente necesario tener una pareja, pero nadie nunca ha demostrado que haya una relación lineal entre pareja y felicidad. Hay gente tremendamente feliz que no tienen pareja, por lo tanto, se demuestra que no es una necesidad, solo un deseo.

Es mucho más sano desear, preferir, querer tener pareja pero sin tener que caer en la ansiedad por necesitar tenerla. Ya que si mi idea es que la necesito y no la tengo o no la consigo, me sentiré totalmente desamparado, infeliz, ansioso, neurótico, pero si simplemente es un deseo o una preferencia y no la consigo, me podré sentir triste o contrarieado pero nada más allá ya que seré consciente de que la vida me ofrece muchas más cosas para ser feliz.

El problema de los celos usualmente viene de esta idea. La persona celosa cree necesitar a su pareja. Por lo tanto, en su mente no cabe la posibilidad de que esta le abandone. No podría soportarlo y piensa que se moriría si esto ocurriese. Por eso, irracionalmente, emprende conductas como mirar su teléfono, oler su ropa, preguntarle dónde a estado y con quién cuando vuelve a casa...conductas que no nos van a dar la certeza de que nuestra pareja estará con nosotros para toda la vida y que encima pueden provocar más fácilmente que nos abandone. ¿Hasta dónde llega la irracionalidad?

Por eso, si quieres ser un poco más feliz y vivir más sosegado, es preciso que interiorices esta idea: no necesitas estar en pareja para ser feliz. Necesitas comer, beber y tener algo de cobijo y el resto de cosas, como la pareja, solo son extras en la vida. La vida ofrece millones y millones de opciones que no eres capaz de ver porque estás cegado con esta idea. Bórrala de tu mente y empieza a explorar la vida sin pareja, empieza a vivir en contra de tu creencia de manera que te demuestres a ti mismo que no necesitas algunas cosas que pensabas necesitar para ser feliz.

Llega hasta el punto del amor auténtico...no al hiperromántico, no el que nos enseñan las películas del tipo te quiero pase lo que pase, para siempre y te necesito o mi vida ya no puede funcionar. No, eso es mentira. Y genera neuroticismo. El amor auténtico es aquel en el que vives y disfrutas del momento presente con tu pareja sabiendo que quizá mañana no esté contigo. La mejor manera de querer algo es ser consciente de que alomejor podemos perderlo, pero no pasará nada catastrófico porque no lo necesitamos. Pasarás por un momento malo, penoso, triste, por un duelo...pero al final te darás cuenta de que estabas sobrevalorando la idea de tener pareja.

Empieza cambiando lo que te dices a ti mismo. Demuéstrate que lo que piensas y que los argumentos que te das, son mentira, irreales. Y como son mentira, debes modificarlos por los que se adaptan a la realidad del momento presente. Practica, practica y practica...esa es la clave!


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